Una de mis especialidades es el tratamiento de afecciones urologicas mediante la cirugía mínimamente invasiva, una área totalmente fascinante. puesto combina los conocimientos médicos con los avances tecnológicos, logrando resultados sumamente positivos en el pre y post operatorio de los pacientes.
Pues bien, como ya sabemos son muchos los avances tecnológicos de los que dispone la Medicina y la Cirugía de nuestros días, entre ellos destacan los que causan una menor agresión sobre el paciente, conocidos como terapias mínimamente invasivas. La CMI es considerada como uno de los avances científicos más destacados de los últimos 10 años. Por ejemplo, entre estas técnicas nos encontramos con la laparoscopia, este nombre se le da a un grupo de operaciones realizadas con la ayuda de una cámara colocada en el abdomen.
La Cirugía Mínimamente Invasiva (CMI) puede ser aplicada en multitud de especialidades médicas ya que se trata de un concepto global. Además, enmarca amplitud de técnicas incluyendo la endoscopia o la cirugía laparoscópica y percutánea, así cómo la cirugía robótica.
La cirugía mínimamente invasiva presenta varias ventajas técnicas que proporcionan el máximo beneficio terapéutico junto a la reducción de la agresión operatoria, aplicables a cualquier procedimiento. Es decir, es una cirugía menos dolorosa, de menor sangrado, con menos complicaciones y con una recuperación más rápida.
Principales ventajas:
- Disminución del dolor postoperatorio al no existir una incisión quirúrgica importante y porque se reduce el trauma en los tejidos sanos.
- Menor riesgo de infección. Las heridas quirúrgicas son más pequeñas por lo que cicatrizan rápidamente y rara vez presentan complicaciones. Además, su tamaño mínimo producen un menor impacto “estético”.
- Menor posibilidad de sangrado quirúrgico y de la necesidad transfusional durante la intervención.
- Rápida recuperación. Hay una disminución del tiempo postoperatorio y de la estancia hospitalaria, volviendo antes a la vida activa.
Los procedimientos que se realizan por técnicas mínimamente invasivas incluyen:
Prostatectomía radical laparoscópica por cáncer de próstata
Nefrectomia parcial o radical laparoscópica por cáncer de riñón
Cistectomía radical laparoscópica por cáncer de vejiga con reconstrucción intestinal (neovejiga)
Pieloplastia laparoscópica por estenosis de uréter
Suprarrenalectomia laparoscópica por patología adrenal
Cirugía reconstructiva por laparoscopia
Otros:
Criocirugía del riñón
Resección de quistes del riñón
Nefropexia
Cirugía del riñón en herradura
Cirugía ureteral
Cirugía de la litiasis del uréter
Re-implante del uréter por reflujo
Cirugía para la incontinencia femenina
Prolapso vaginal
Linfadenectomía pélvica
Testículos no descendidos
Enterocistoplastia
Linfadenectomía retroperitoneal por cáncer de testículo
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